CONTROL DE ROEDORES

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CONTROL DE ROEDORES

Los roedores se encuentran entre los mayores enemigos del ser humano. No solo causan daño en cultivos, cosechas y alimentos almacenados, sino que por sus hábitos de roer también perjudican estructuras y materiales derivados del cartón, la madera o el plástico. Por lo que, son portadores de gérmenes de distintas infecciones que producen enfermedades graves hasta la muerte, cuando son transmitidas al ser humano o a los animales domésticos.

El objetivo de este artículo es brindar, de forma accesible, información general sobre la biología de las especies de roedores que generalmente conviven con el ser humano.

Los roedores componen uno de los grupos de mamíferos más numerosos de la Tierra. Existe una gran variedad de formas y tamaños, pero todos ellos se caracterizan por tener un par de dientes incisivos en cada mandíbula los cuales están especialmente adaptados para roer. Estos dientes son de crecimiento continuo, por eso los roedores tienen la necesidad de roer no solo para alimentarse sino también para mantener sus dientes adecuadamente gastados.

Los daños que provocan tanto el ratón casero como las ratas son ampliamente conocidas en el mundo por los perjuicios que causan, y que incluyen daños en cultivos y alimentos almacenados, daños en estructuras diversas y la transmisión de enfermedades al ser humano y los animales domésticos. 

Una rata come cada día el equivalente al 10% de su peso, es decir, entre 10 y 20 kg por año, pero mucho mayor es el daño que producen ratas y ratones contaminando alimentos con sus heces, orina y pelos, puede producir aproximadamente 25.000 excrementos, mientras que un ratón casero puede producir más de 30.000.


Algunas de las enfermedades más importantes transmitidas al ser humano por estos animales incluyen la peste bubónica, la fiebre de Lassa, la virosis coriomeningitis, el tifus murino, la salmonelosis, la leptospirosis y la triquinosis. 

La prevención efectiva del daño producido por ratas y ratones involucra dos aspectos: la exclusión y la adopción de medidas sanitarias o higiénicas. 

La exclusión consiste en establecer barreras físicas que prevengan el ingreso de ratas y ratones en los edificios (lo que normalmente se le nombra “construcción a prueba de roedores”). Es una forma relativamente permanente de controlar a ratas y ratones a través de prevenir que el daño ocurra, es muy importante esta cuestión en el control de roedores. Así que es mejor evitar ello que es necesario bloquear estas aberturas con cemento o metal.

Para medidas sanitarias, todos los roedores dependen de alimento y refugio para sobrevivir, por lo tanto, hay que eliminar uno o los dos elementos les obliga a abandonar el área donde se encuentran. La falta de higiene es una de las razones de la existencia de moderadas a grandes poblaciones de roedores en áreas urbanas y suburbanas.


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