La Mantis Religiosa

Biologia

¿Por que Mantis Religiosa?

La mantis religiosa debe su nombre a sus prominentes patas delanteras, que están dobladas y juntas en un ángulo que recuerda a la posición de oración. Mantis hace referencia al género mantis, al que solo pertenecen ciertas especies de mantis religiosa. A pesar de su nombre, estos fascinantes insectos son unos fantásticos depredadores. Su cabeza triangular se alza en lo alto de un estirado cuello, que de hecho es un tórax alargado. Los mántidos pueden girar la cabeza 180 grados para observar a los alrededores con sus dos grandes ojos compuestos y tres simples situados entre ellos. 

Para empezar, la mantis religiosa proviene de tierras europeas, más específicamente al sur del continente. Viajaron en un barco repleto de plantas, y comenzaron  proliferarse a partir del año 1889.

Entre otras de las curiosidades mantis, están:


-- Su vista es privilegiada, ya que cuenta con dos ojos compuestos por 3 ordinarios.

-- Sus patas delanteras se parecen a unos tenedores, y tienen espinas que logran atrapar a sus presas vivas.

-- Los machos y hembras se buscan en temporada reproductiva, pero son animales solitarios.

-- La tonalidad de su piel puede variar dependiendo del ambiente en el cual se encuentren.

-- Son capaces de mimetizarse y cambiar de piel.  

Cuando van a mudar de piel, pasan a colgarse de una rama, y comienza a desprenderse de la antigua. Su vida no es muy larga, y la gran mayoría muere luego de un año.

Otro dato de la mantis religiosa que debes conocer, es que su oreja se encuentra en el tórax. Para comer, acechan a otros animales. Conservan una postura en la cual colocan sus brazos adelante, simulando la acción de rezar. 

Esas patas, sujetarán a las presas, mientras la mantis se los come. Suelen cazar roedores, colibríes, ranas y roedores diminutos.

Muy a su pesar, polillas, grillos, saltamontes, moscas y otros insectos suelen despertar el nada deseado interés de la mantis. Por otra parte, estos animales también se comen a los de su propia especie. El ejemplo más famoso de ello es la infame conducta amatoria de la hembra adulta, que en ocasiones se come a su pareja justo después del apareamiento, e incluso durante. A pesar de ello, los machos no rehúyen la oportunidad de reproducirse.

En el 60% de las cópulas, los machos acaban decapitados y devorados. "Los machos juegan a la ruleta rusa siempre que encuentran hembras caníbales", explicó Nathan Burke, uno de los autores de la investigación.

Tras un experimento que realizó la Universidad de Auckland con 52 parejas de mantis, si el macho era más rápido y agarraba a la hembra con sus patas delanteras serradas, tenía un 78% de posibilidades de escapar ileso. Y si, además, el macho infligía una herida grave pero no fatal en el abdomen, éste mantenía la cabeza en todo momento. 

En cambio, si era la hembra la que lograba agarrar primero al macho, éste siempre acababa devorado. Estas luchas, que duraban un promedio de 13 segundos, se decantaban más de la mitad de las veces a favor del macho.

 

Ganar la pelea no significó automáticamente al apareamiento: la cópula se produjo solo en dos tercios de las veces, e incluso entonces el macho hirió el estómago de la hembra la mitad de las veces.

 

Se preguntarán ¿Por qué la hembra devora al macho una vez terminada la reproducción sexual? La respuesta es sencilla, pues así obtiene los nutrientes necesarios para poder beneficiar a sus descendientes a medida que estos crezcan, lo mismo pasa con las arañas, como las viudas negras o los escorpiones. Periódicamente, las hembras ponen cientos de huevos en una pequeña bolsa; y de esa bolsa emergerán las larvas con un aspecto bastante similar al de sus progenitores, pero a una escala diminuta.


Fuente: https://www.nationalgeographic.es



en BLOG
ARAÑA VIOLINISTA
Plaga