LOS INSECTOS HEMATÓFAGOS ¿CÓMO PODEMOS DEFENDERNOS?

BIOLOGÍA

Los insectos integran más de un millón de especies y de éstos alrededor de 14.000 especies, de cinco  grupos distintos, tienen un hábito de alimentación hematófaga, es decir, se alimentan, en alguna fase de  su ciclo biológico, de sangre; y de éstos entre 300 a 400 especies son las que presentan interés médico y  veterinario al actuar como vectores de distinto tipo de patógenos, los cuales son causantes de serias y  graves enfermedades, como Enfermedad de Chagas, Tripanosomiasis Africana, Malaria, Dengue, Fiebre  Amarilla, Chikungunya y Zika, entre otras. 

Estos insectos obtienen sangre desde distintos animales, preferentemente reptiles, aves y mamíferos,  incluyendo al hombre. A los insectos hematófagos debemos agregar también a las garrapatas  (Quelicerados), las cuales también pueden actuar como vectores de patógenos (virus y bacterias). 

Dentro de este grupo de insectos hematófagos destacan los mosquitos, los cuales son los mayores  responsables de la transmisión de patógenos que causan serias enfermedades al hombre en distintas  regiones del planeta. 

Un repelente de insectos hematófagos se define como un agente orgánico o químico que impide que  éstos se acerquen o posen sobre la piel del hospedero, desalentando así el contacto y la picadura. 

Las principales razones para utilizar repelentes de insectos son: 

Las nuevas amenazas para la salud humana que se presentan en distintos países o regiones. La aparición de nuevos insectos vectores competentes en la transmisión de las enfermedades  infecciosas. 

la incapacidad para prevenir, mediante el empleo de vacunas la transmisión de parte  importante de las enfermedades infecciosas transmitidas por artrópodos. 

Un repelente eficiente debe tener las siguientes propiedades y características: 

Debe ser efectivo contra un amplio rango de artrópodos hematófagos. 

No tener efectos adversos al momento de ser aplicado sobre la piel. 

Ser inodoro (sin olor). 

No dejar residuos oleosos sobre la piel. 



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